La cruda verdad sobre los cursos de marketing: ¿funcionan o solo venden humo?»

Lo sé, lo sé. Estás en ese grupo de mentoría, en ese curso, rodeado de cientos de personas que, supuestamente, están aprendiendo lo mismo que vos. Ves el chat lleno de mensajes, más de 300 personas compartiendo sus dudas, sus avances, sus memes motivacionales (porque siempre hay memes, ¿no?). Pero, claro, de esas 300 personas, ¿cuántas realmente están mostrando resultados? Dos, tres, con suerte cinco. Y ahí es cuando te empieza a picar la gran duda: ¿Esto realmente funciona?

Porque, somos sinceros, si una formación, un curso, una mentoría realmente funcionará, ¿no debería funcionar para todos? ¿No debería ser como una receta de cocina? Seguís los pasos, ponés los ingredientes, y ¡pum!, el pastel sale perfecto. Pero no. Acá parece que algunos están haciendo un banquete y otros apenas logran preparar el horno.

Y sí, ya sé lo que me vas a decir: «El mentor te da las herramientas, pero el trabajo lo tenés que poner vos» . Claro, no vamos a discutir eso. No es magia, no es un pase de manos donde de repente te convertís en un gurú del marketing digital. Pero, ¿qué pasa con esa gente que también está poniendo el trabajo y no ve resultados? Porque no me vas a decir que de esas 300 personas, solo cinco están trabajando en serio. Hay gente que lo intenta, que sigue los pasos, que aplica lo aprendido, y aun así… nada. Cero. Ni un triste como en sus campañas.

Entonces, ¿qué hace que un curso o una mentoría tenga resultados? ¿Es la metodología? ¿Es el mentor? ¿Es la suerte? ¿Es que algunos nacen con estrella y otros estrellados? ¿O simplemente hay algo que no nos están contando? Porque, seamos honestos, si un curso realmente funcionara, no estaríamos viendo siempre a los mismos dos o tres mostrando sus «casos de éxito» mientras el resto sigue en la sombra, preguntándose qué están haciendo mal.

La realidad es que no hay una respuesta única. Pero lo que sí está claro es que no todos los cursos ni todas las formaciones están diseñadas para todos. Y ahí está el truco. No es que el curso no funcione, es que no funciona para todos. Y eso, querido lector, es algo que nadie te dice cuando te venden la promesa de «resultados garantizados». Porque, al final del día, el marketing no es una ciencia exacta. Es un arte, un juego de prueba y error, y, a veces, un poco de suerte.

Así que, si estás en esa situación, no te castigues. No sos el único. Y, sobre todo, no te creas todo lo que ves en los grupos de WhatsApp o en los testimonios de las páginas de venta. Porque, como en todo, hay mucho más detrás de lo que te muestran. Y si algo no te está funcionando, tal vez no sea culpa tuya. Tal vez sea hora de replantearte si ese curso, esa formación, esa mentoría, realmente está hecha para vos. O si simplemente es otra promesa más en el mundo del marketing.

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